4 de febrero de 2013

Placeres culpables seriéfilos

Si existiese un Dios de las series y de vez en cuando nos tuviésemos que confesar ante él, más de uno no tendría más remedio que sacar a relucir sus pequeños placeres culpables. Admitidlo, todos vemos alguna serie llevamos casi con vergüenza, por decirlo de alguna forma. Series a las que nos hemos enganchado irremediablemente aunque tengamos que admitir que son de lo peorcito. Yo personalmente, si consigo ver más de dos capítulos de una serie, hay muchas posibilidades de que ya no haya vuelta atrás y no deje de verla. 
Ahí va una selección de las mías.



Cougar Town. Jules, Courteney Cox, que en su momento fue madre joven, se acaba de divorciar y, entrando en los cuarenta y con un hijo adolescente, empieza a salir con chicos más jóvenes. Vamos, una Cougar. La serie es una sitcom y su centro son las reuniones bebiendo vino en su casa con sus vecinos, su ex marido, una compañera de trabajo (Busy Philipps, cómo te quería en Freaks&Geeks), y un vecino guapo.

Para empezar, por algún extraño misterio del universo (si, ya, "misterio"...) Cox, está incluso más joven que cuando daba vida a Mónica en Friends. Además, el Cougar lo tendría que haber perdido después de la primera temporada. Y van por la cuarta y en realidad casi no hace ni gracia. Pero aquí sigo.



Awkward. Si no me equivoco, en España MTV la tradujo como La chica invisible. Jenna Hamilton es la típica chica marginada del instituto que no se lleva con casi nadie. Pero cuando tiene un accidente en su casa en el que están involucrados un secador y una bañera, se expandirá por el instituto el rumor de que se intentó suicidar. Así, pasa a ser conocida por todos y de repente tiene éxito con los chicos y blablabla. La empecé a ver en algún parón entre temporadas de otras series y ahí sigo. En realidad, quiere ser diferente, dar el rollo más "desenfadado", directo, pero acaba siendo más de lo mismo. Es como volver a ser un poco teen (aish, que vieja me siento..).



Suburgatory. Tessa se va a vivir a los suburbios de Nueva York después de que su padre decida que necesita un cambio de aires para su años adolescentes. Y no, los suburbios no son algo chungo en plan chabolas, sino chungo en plan, la película aquella tan mala que hizo Nicole Kidman hace unos años titulada Las Mujeres Perfectas. La serie es mala de narices, pero tiene algo que engancha. Y me encanta el pelo de Tessa.



Jane by Design. La protagonista es Jane, una chica de 16 años que consigue un trabajo en una firma de moda muy conocida ocultando el detalle de que tiene 16 años. Y la creen. Y la siguen creyendo. Y hasta van a su instituto y no la pillan. Y hay mala malísima en el trabajo. Y mejor amigo enamorado de ella. Y chico popu. Y todo lo de siempre.  Pero muy irreal todo. Y muy fan. 



Hart of Dixie. Rachel Bilson sigue viva después de OC, y en esta serie interpreta a una chica que iba para cirujana cardiovascular en Nueva York, con un novio desde hace años... y por cosas del destino acaba en un pequeño pueblo llamado del sur de Alabama, Bluebell, ejerciendo de médico de familia. Las tramas no son nada nuevo, las actuaciones dejan mucho que desear pero también me ha conseguido enganchar.

A nivel español, es más difícil hacerme con un placer culpable. Últimamente, casi lo consigue Fenómenos, pero de esa sí que no pude pasar del segundo capítulo. Que horror de serie.

Y si me remontase al pasado, esta lista se haría interminable. He de confesar que estuve enganchada incluso a alguna telenovela como (redoble de tambores) ¡Mi gorda bella! Dios, presiento que nadie me volverá a mirar a la cara.



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