El título del post de hoy serviría perfectamente para ilustrar la situación actual del periodismo en general, pero me voy a centrar en un medio en concreto: El País.
Yo nací con El País. Estoy segura de que mi padre lo llevó debajo del brazo cuando fue al hospital. Crecí leyendo los comics del Pequeño País, cuando todavía era una revista completamente independiente de las páginas del periódico. Era el evento más esperado de los domingos. Ese momento en el que mi padre entraba por la puerta con la edición dominical de este diario. Yo agarraba con fuerzas ese preciado tesoro y no lo soltaba hasta que había acabado de leérmelo de cabo a rabo. Todo. Las tiras cómicas, el buzón del lector, las reseñas de todo tipo, hacía los pasatiempos... Hubo una época que decidí guardar todos los números, hasta que mi madre dijo "hasta aquí" y hubo que tirarlos porque no entraban más. Pero hasta ese momento, de vez en cuando me sentaba en mitad de mi habitación a leer números atrasados. Si no recuerdo mal, incluso llegué a enviar una carta en respuesta a un niña que quería amigos por correspondencia. O por lo menos lo pensé seriamente.
Con el tiempo, dejó de ser una revista independiente para encontrarse dentro de las páginas de Domingo. No se las razones, posiblemente hayan sido económicas - como siempre-. Pero yo era demasiado pequeña para entender nada, solo lo mucho que me fastidiaba. Porque claro está, el número de páginas era menor, y por lo tanto menos era el tiempo que podía pasar disfrutando. Pero yo cogía El País todas las mañanas de domingo y con mucho cuidado separaba esas 5 ó 6 páginas del resto del periódico, para que fuese todo para mi. Es decir, se podría decir que me inicié en la lectura de los periódicos gracias a él.
Poco a poco, fui perdiendo ese grandísimo interés, pero seguía haciéndome ilusión echarle un vistazo cada cierto tiempo. Me dolió mucho cuando en abril del 2009 dejaron de editarlo de forma, supuestamente temporal. La razón, ¿sorpresa?: económica.
Se podría decir que me inicié en el periodismo gracias al Pequeño País y, por tanto, a El País. Hace apenas unos meses terminé de estudiar periodismo. ¿Elegí esta profesión gracias en parte a El País? Sinceramente, no lo sé, pero estoy segura de tiene un trozo de culpa. Como ya he dicho, crecí con él / creció conmigo. Fue el único periódico que mis padres compraron de forma ininterrumpida durante toda mi vida. Hubo intentos con otros, pero ninguno sobrevivió como él.
Creo que todo el mundo es consciente de la crisis que está viviendo tanto España en general, como el sector de la comunicación en concreto. Y no es la primera medida drástica que se toma en un medio de comunicación en los últimos meses. Pero, ¿El País? Un periódico cuyo presidente, Juan Luis Cebrián, es un señor que se ha embolsado 13 millones de euros el pasado año. Y tiene las narices de dirigirse a los empleados del diario diciendo que "no pueden seguir viviendo tan bien". ¿Quienes? ¿Los trabajadores? ¿El periódico? ¿Los españoles? ¿No debería hablar de si mismo?
Después de muchos intentos de negociación con la empresa, los trabajadores no tuvieron más remedio que rendirse y aceptar, no sin antes luchar. Durante tres días, gran parte de la redacciónes del periódico, tanto la de Madrid como las delegaciones. Y durante tres días, el periódico que salió a la calle no era El País, por muy orgullosos que se sintieran los que lo editaron con sus 50 y pico páginas al día. Ah... y un seguimiento de la huelga del 79%.... ¿Seguros?
El pasado domingo, la dirección, después de publicar un editorial el día anterior en el que se trataba de justificar el ERE, plagado de medias verdades, envió el siguiente email a cada uno de los 129 despedidos en el expediente de regulación de empleo:
Muy Sr. Nuestro: Por medio de la presente le comunicamos que deberá Ud. personarse el próximo lunes 12 de noviembre en la notaría [...] a fin de notificarle y hacerle entrega de la carta de extinción de su contrato de trabajo, de acuerdo con lo establecido en el artículo 53.1 y el artículo 51. 2 y 4 del Estatuto de los Trabajadores, derivada del procedimiento de Despido colectivo por causas económicas, productivas y organizativas, iniciado el pasado 9 de octubre y registrado ante la Dirección General de Empleo con el número 544/12, que concluyó Sin Acuerdo con la representación legal de los trabajadores el jueves 8 de octubre de 2012. Al mismo tiempo que le enviamos este correo le hemos remitido la misma información a su domicilio por burofax con acuse de recibo Sin otro particular, le saluda atentamente [...]
Este lunes, 129 grandes PROFESIONALES (si, con mayúsculas) metieron sus cosas en una caja y se despideron para siempre de las diferentes sedes del periódico. En Galicia son de los más afectados. Se acaba el cuadernillo de Galicia, nos quedamos con dos míseras páginas al día y 3 personas trabajando desde nuestra comunidad autónoma, de 12 que había antes. Poco a poco, se va acabando la información de calidad. O, como mínimo, se le va poniendo fecha de caducidad. Porque si, El País tiene los días contados. Por lo menos por lo que ha mi se refiere, ha perdido gran parte de su credibilidad. ¿Dónde quedaron todos aquellos valores que defendían desde sus inicio? Señores, El País no se está muriendo. Lo están matando.
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